La construcción del Tren Maya traerá múltiples impactos económicos y sociales para la región sur de México. Pero más allá de las obvias mejoras en conectividad que este megaproyecto ferroviario generará, surge una interrogante importante: ¿cómo puede un tren moderno interactuar e influir sobre la riqueza cultural de las comunidades mayas contemporáneas?
Rescatando tradiciones en peligro
Innegablemente, la cultura maya enfrenta grandes retos en la actualidad. Como apunta la antropóloga Gabriela Cano en su investigación ethnográfica sobre la península de Yucatán, “el creciente impacto de la globalización y la migración juvenil ponen en riesgo la preservación de tradiciones, lenguas y costumbres mayas”.
Sin embargo, lejos de representar una amenaza, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Pedro Álvarez, considera que el tren puede “coadyuvar a rescatar estas manifestaciones culturales en peligro”.
Esto se lograría aprovechando la difusión turística que permitirá el tren para promover la riqueza cultural maya. El reto será hacerlo de una manera sustentable, genuina y gestionada por las propias comunidades originarias.
Revitalizando sitios arqueológicos
Otra forma en que el Tren Maya podría beneficiar la cultura autóctona es contribuyendo a la revitalización de sitios arqueológicos mayas que hoy están en el abandono.
Gracias a que las nuevas vías férreas conectarán directamente con lugares clave como Calakmul o Chichén Itzá, se espera “un renovado interés público y privado en recuperar estas zonas históricas”, dijo Sonia Rivero, arqueóloga del INAH.
De hecho, ya existen planes piloto respaldados por la UNESCO para que las comunidades mayas participen activamente en labores de rescate, restauración y custodia de sitios históricos que serán impactados por el Tren Maya. Según la directora de la oficina de la UNESCO en México, Elia López, "estos planes representan una oportunidad sin precedentes para revalorizar el patrimonio cultural gracias al tren turístico”.
Impulsando industrias culturales
Además de atraer turismo, el incremento en la conectividad generado por el Tren Maya también podría facilitar que artistas, artesanos y otros trabajadores culturales de la región comercialicen mejor sus productos y servicios.
“Los trenes regionales permitirán un intercambio más ágil de mercancías y personas, conectando poblados mayas con mercados internacionales”, destaca por su parte Abel Ruiz, economista de la CEPAL.
Esto a su vez haría más sustentables las industrias culturales como producción artesanal, editoriales en lenguas mayas, gastronomía, entre muchas otras. Es decir, aprovechar la infraestructura ferroviaria podría crear oportunidades económicas para que las nuevas generaciones encuentren en su propia cultura un camino de vida próspero y ya no tengan que migrar.
En conclusión, si bien el Tren Maya representa una intervención sin precedentes en el territorio de los mayas contemporáneos, también podría ser una ocasión invaluable para reivindicar y potenciar la riqueza cultural de este pueblo milenario de no perder su esencia ante el embate de la modernidad. Pero el éxito dependerá de que las políticas públicas e inversiones privadas se guíen por la auténtica participación comunitaria y el interés superior de proteger su patrimonio vivo.