Antecedentes
La idea de un tren en la península de Yucatán no es nueva. Desde el gobierno de Porfirio Díaz a finales del siglo XIX existieron intentos de conectar vías férreas los principales puertos y ciudades de la región para impulsar la economía local.
"El concepto de un ferrocarril transpeninsular data desde hace más de 100 años", afirmó el ingeniero mexicano Marcos Ramírez, especialista en historia ferroviaria.
Sin embargo, la lejanía, la escasa población y los altos costos frustraron todos estos primeros intentos.
El proyecto cobra impulso
Ya en el siglo XXI, la idea resurgió con fuerza. En 2006 se realizó un estudio de factibilidad para un tren turístico. Pero la falta de financiamiento público y el desinterés privado lo dejaron en el olvido.
Fue en 2018 cuando el actual presidente Andrés Manuel López Obrador retomó la iniciativa como uno de sus proyectos estrella de gobierno. Incorporó un concepto más integral: un ferrocarril mixto para pasajeros y carga que una el sureste mexicano y dinamice toda la economía local.
“Con el Tren Maya se cambiará la historia del sureste y de México”, afirmó convencido el mandatario.
Los obstáculos iniciales
En un principio el proyecto enfrentó grandes obstáculos. Ambientalistas advirtieron sobre su impacto ecológico en la selva y zonas arqueológicas mayas.
“Falta información para evaluar los daños del Tren Maya”, señaló el biólogo Martín Palomo, del Centro de Investigación Científica de Yucatán.
También surgieron dudas sobre su viabilidad financiera y las posibilidades reales de transportar suficiente carga y pasajeros para justificar la megaobra. Incluso algunos inversionistas mostraron interés solo si el gobierno garantizaba altos subsidios.
Arranca la construcción
Pese a las críticas y dudas, el presidente López Obrador mantuvo el proyecto como prioridad de su gobierno. En 2020 comenzaron formalmente las obras del tramo inaugural Palenque-Escárcega, con una fuerte inversión gubernamental y del Ejército mexicano al frente de los trabajos.
Para 2021 ya operaban decenas de frentes de construcción en estacas, terraplenes, túneles y vías. Se abrieron licitaciones por miles de millones de pesos en material rodante, sistemas ferroviarios y obras de edificación en terminales del Tren Maya.
La pandemia, los problemas presupuestales y la compleja ingeniería en la selva frenaron varias veces los ambiciosos calendarios. Pero el presidente jamás desistió de finalizar su obra estrella antes de terminar su sexenio en 2024.
“Vamos muy avanzados, no se va a detener la obra del Tren Maya”, afirmó López Obrador
En conclusión, el Tren Maya nació hace más de 100 años como un sueño para integrar la longeva península de Yucatán. Resurgió en el siglo XXI primero como proyecto turístico y luego como iniciativa de gran visión para crear una columna vertebral de transporte eficiente en la región sureste.
Tras enfrentar grandes obstáculos iniciales, finalmente comenzaron las obras impulsadas por el presidente López Obrador. Hoy el tiempo dirá si cumple su potencial de dinamizar toda la economía y desarrollo del sureste mexicano al conectar sus pueblos y culturas.
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