Más que una simple vía férrea, el Tren Maya busca ser una columna vertebral de infraestructura que articule y potencie las opciones de transporte en el sureste mexicano. Analicemos cómo se integrará con aviones, autobuses, vehículos y hasta transbordadores marinos.
El ambicioso proyecto ferroviario impulsado por el presidente López Obrador aspira a catalizar el desarrollo socioeconómico del sur-sureste del país durante las próximas décadas.
Para lograrlo, los planificadores entienden que el tren debe entrelazarse eficientemente con redes preexistentes de movilidad aérea, terrestre y marina en la región. Veamos algunas propuestas en ese sentido.
Integración aeroportuaria
Uno de los puntos focales será la estación del Tren Maya en el Aeropuerto Internacional de Cancún, terminal con más de 25 millones de pasajeros anuales.
“Trabajamos para que los turistas internacionales puedan abordar el tren rápidamente al arribar a Cancún y continuar su travesía por la región", declaró un directivo del Fonatur.
Esto se replicará conectando el tren con los aeropuertos de Mérida, Villahermosa, Ciudad del Carmen y Chetumal, entre otros.
Enlace con autobuses foráneos
Asimismo, las principales estaciones ferroviarias brindarán opciones para que los usuarios hagan transbordo a autobuses interurbanos y buses turísticos que amplíen sus destinos posibles.
La terminal de Mérida, por ejemplo, conectará con rutas foráneas hacia Valladolid, Izamal y sitios arqueológicos cercanos. Integración similar habrá en Campeche y Palenque.
Estaciones marítimas
Finalmente, en ciudades como Progreso y Cozumel, el tren llegará a terminales junto a muelles con ferries, catamaranes rápidos y otro tipo de líneas marítimas.
Así los viajeros podrán combinar tramos ferroviarios con navegación de cabotaje para completar sus itinerarios caribeños con mayor flexibilidad.