Con una extensión de más de mil 500 kilómetros de vías férreas atravesando los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, el Tren Maya promete revolucionar la conectividad y el transporte público en el sureste mexicano.
Pero más allá del discurso, ¿qué cambios tangibles está introduciendo ya el megaproyecto ferroviario al sistema de transporte público regional?
Mejoras en infraestructura carretera
Derivado directamente de la construcción del Tren Maya, las carreteras rurales por donde atraviesa su trazo están siendo mejoradas sustancialmente por primera vez en años.
Cientos de kilómetros de caminos de terracería están siendo pavimentados y se modernizarán puentes, alcantarillas y señalizaciones.
“Los cambios en infraestructura vial ya son evidentes. Hoy contamos con vías rápidas y seguras para movilizarnos”
Estas carreteras renovadas, aunque se construyeron pensando en la logística del tren, también beneficiarán al transporte público regular de la zona al agilizar traslados.
Nueva red de autobuses alimentadores
Uno de los cambios más significativos que traerá el Tren es la implementación de una red de autobuses de pasajeros que servirán como transporte alimentador hacia sus estaciones.
Esta nueva infraestructura de transporte colectivo, administrada por el propio Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), representa la mayor inversión en movilidad pública regional de los últimos 15 años.
Retos de interconectividad
Si bien el Tren Maya traerá mejoras innegables en caminos e introducirá los Trenbús, analistas del transporte advierten desafíos por resolver para lograr una verdadera integración regional.
Retos como compatibilidad de horarios, coordinación intermodal, integración tarifaria y mejor conectividad de última milla estarán por verse.
En conclusión, la monumental obra del Tren Maya está comenzando a introducir cambios sin precedentes para el sistema de transporte público del sureste de México.
Los impactos ya se manifiestan con carreteras rurales renovadas y la futura red Trenbús que ampliará la cobertura de movilidad colectiva regional.
Pero la promesa de revolucionar integralmente la interconectividad pública dependerá de qué tanto logren coordinarse los diferentes modos de transporte, así como resolver los desafíos de conectividad de última milla y política tarifaria integrada.
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