Con una extensión de más de 1,500 kilómetros de vías férreas programadas y una inversión multimillonaria, el Tren Maya se posiciona como la obra de infraestructura más ambiciosa del actual gobierno federal en México.
Más allá de objetivos económicos y turísticos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado a este megaproyecto como “palanca del desarrollo tecnológico y la innovación en el sureste del país”.
Pero, ¿qué tan cierto es este planteamiento? ¿Desempeña realmente el tren algún rol concreto para impulsar la innovación en la región?
Innovación: ¿narrativa o práctica real?
Si bien el discurso oficial plantea al Tren Maya como vehículo de innovación regional, expertos cuestionan hasta ahora un abismo entre la narrativa y los hechos.
“Hay poca innovación real generada por o vinculada al Tren Maya; es más un eslogan político que una práctica” (Pablo Ferrat, académico de la UNAM)
Asimismo, minusvalora el ecosistema de innovación preexistente en el Sureste, liderado por polos tecnológicos como el Parque Científico de Yucatán.
No obstante, identifica oportunidades concretas para que la megaobra pública sí desempeñe un papel activo para el emprendimiento y la incorporación de nuevas tecnologías productivas en el contexto local.
Retos de innovación
Más allá de la construcción del tren, una vez en operación el megaproyecto enfrentará desafíos importantes que requerirán soluciones innovadoras, entre las que destacan:
Energías limpias:
Abastecer la demanda eléctrica del ferrocarril desde fuentes renovables es todo un reto tecnológico.
Conectividad:
Garantizar internet confiable a bordo mediante redes inalámbricas de alta velocidad.
Experiencia digital:
Plataformas integradas para boletos, entretenimiento y servicios intermodales.
Oportunidades para emprendedores
Satisfacer estas necesidades brinda oportunidades para startups y emprendimientos tecnológicos regionales. Y es aquí donde el Tren Maya puede desempeñar un papel proactivo para impulsar la innovación.
El gobierno federal cuenta con diversos instrumentos para vincular a las PYMES tecnológicas locales, entre los que destacan:
Compras públicas de tecnología
Incubación y aceleración
Hub de innovación
Fondo de capital emprendedor
"Existen opciones concretas para que el Tren Maya catalice un ecosistema regional de emprendimiento de alto impacto", reconoce Ferrat.
En conclusión, si bien por ahora el Tren Maya desempeña un papel mínimo en el fomento real a la innovación, existen áreas de oportunidad para capitalizar este megaproyecto.
Desde solucionar retos tecnológicos durante su operación, hasta aprovechar el músculo institucional para impulsar startups regionales, el potencial está latente.
Dependerá de la voluntad de los tomadores de decisión para ejecutar iniciativas que materialicen el discurso y posicionen al tren como una plataforma que impulse concretamente el emprendimiento de base tecnológica en el Sureste.
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