El transporte es la columna vertebral de las economías regionales. Un sistema de transporte eficiente permite el movimiento de personas, bienes e ideas, impulsando el crecimiento y la productividad. Sin embargo, la infraestructura de transporte necesita grandes inversiones de capital que muchas regiones tienen dificultades para costear. A medida que la tecnología cambia la forma en que nos movemos, el futuro del transporte regional probablemente dependerá de soluciones de financiación innovadoras.
Asociaciones público-privadas para proyectos de gran envergadura
Las asociaciones público-privadas (APP) son acuerdos de colaboración entre gobiernos y empresas privadas. En estas asociaciones, las empresas privadas diseñan, construyen, financian y operan proyectos de infraestructura pública a cambio de un retorno de la inversión en el tiempo.
Según un informe de noviembre de 2023 del Banco Mundial, las APP representaron el 16% de la inversión total en infraestructura en los países en desarrollo en 2020. Este modelo permite a los gobiernos regionales emprender grandes proyectos de transporte que de otra manera excederían su capacidad de endeudamiento.
"Las asociaciones público-privadas son esenciales para construir las carreteras, puentes, aeropuertos, puertos y sistemas ferroviarios que necesitamos", dijo el economista Davide Furceri.
Con un marco regulatorio adecuado, las APP pueden ser mutuamente beneficiosas para el sector público y privado.
Impuestos y tarifas de usuarios para generar ingresos
Otra innovación prometedora en la financiación del transporte regional son los impuestos y tarifas de usuario. Cobrar a los usuarios introduce un elemento de sostenibilidad financiera para costear proyectos y mantenimiento.
Los peajes en autopistas o puentes son un claro ejemplo. Otros incluyen impuestos al combustible, estacionamiento con parquímetros, tarifas de congestión urbana, y más. Un estudio realizado por la OCDE sugiere que:
"Los ingresos generados por los usuarios son esenciales para financiar las inversiones en transporte necesarias en las próximas décadas."
Harán falta soluciones innovadoras que equilibren las necesidades de accesibilidad e inclusión con la generación de ingresos. Pero con un modelo bien diseñado, los usuarios que se benefician directamente de la infraestructura podrían convertirse en una fuente confiable de financiación.
Fondos climáticos para impulsar la sustentabilidad
Finalmente, a medida que el mundo busca descarbonizar el transporte, están surgiendo nuevos fondos climáticos para ayudar a las regiones a hacer la transición.
Por ejemplo, el Fondo Verde del Clima, financiado por los países desarrollados, ayuda a las economías emergentes a reducir sus emisiones de carbono y prepararse para los impactos del cambio climático. Hasta la fecha, ha destinado más de $1 mil millones a proyectos de transporte sostenible.
Otras fuentes como los bonos verdes o fondos de inversión temáticos también están creciendo. Esto abre el potencial para atraer un nuevo capital hacia el transporte regional bajo en carbono.
Mantener los sistemas de transporte será un desafío persistente para las regiones, que enfrentan presupuestos ajustados y cambios tecnológicos rápidos. Pero modelos innovadores de financiación como APP, tarifas a los usuarios y fondos climáticos demuestran un camino a seguir.
Aprovechando estas soluciones, las regiones pueden desbloquear el capital necesario para construir el futuro del transporte: integrado, accesible, resiliente y sostenible. La financiación determinará si pueden convertir esa visión en realidad.