El Tren Maya es el proyecto de infraestructura más ambicioso del actual gobierno de México. Con una extensión de 1500 kilómetros, esta red ferroviaria recorrerá cinco estados del sureste mexicano, conectando centros turísticos, zonas arqueológicas y comunidades rurales.
Más allá de sus objetivos económicos y sociales, el Tren Maya también aspira a dejar una huella imborrable en la memoria histórica de México. Analizamos cómo este megaproyecto busca integrarse al relato de la nación mexicana.
Desde que asumió la presidencia en 2018, Andrés Manuel López Obrador concibió al Tren Maya como una “obra de gran visión” que impulsaría la reactivación económica del sureste mexicano. Y tras cuatro años de obras, el mandatario reitera que este proyecto ferroviario “pasará a la historia”.
“Los libros de texto hablarán del Tren Maya”, vaticinó López Obrador durante una reciente supervisión de los trabajos. Según su perspectiva, dentro de unos 50 años los mexicanos recordarán esta magna obra como un hito del desarrollo nacional.
Rescate del esplendor maya
Una de las premisas del Tren Maya es contribuir a rescatar y revalorizar el esplendor de la civilización maya, cuna de los primeros asentamientos en el actual territorio mexicano.
“Es fazer historia, porque se conoce en el mundo entero la gran cultura del México prehispánico, pero desgraciadamente no la gran cultura maya que es la cultura madre de Mesoamérica”, afirmó el presidente López Obrador-
Mediante su red de vías férreas, el tren turístico facilitará el acceso de visitantes nacionales y extranjeros a zonas arqueológicas como Calakmul, Chichén Itzá, Uxmal, Edzná y Palenque.
Esto potenciaría el conocimiento global sobre el esplendor de los mayas, una de las civilizaciones más avanzadas del continente antes de la conquista europea en el siglo XVI.
“Esta es una de las regiones más importantes del mundo y la más desconectada”, afirmó el titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR)
“Queremos convertir toda esta riqueza cultural en un detonador económico”.
Asimismo, se espera que nuevos centros de investigación y museos permitan difundir y revalorizar el conocimiento científico y técnico alcanzado por los mayas en áreas como la astronomía, las matemáticas y la medicina.
“Fue una civilización excepcional que heredó al mundo un invaluable legado”, destacó el presidente López Obrador.
“Los mayas convivieron en armonía con la naturaleza, crearon las matemáticas, la astronomía, el concepto de cero, eran extraordinarios arquitectos”.
Más allá de la puesta en valor del legado maya, el Tren Maya es presentado por el gobierno de México como un poderoso símbolo del despertar económico del sureste del país.
Esta región ha sido históricamente más rezagada que el centro y norte del territorio. Con esta megaobra se aspira a revertir esa situación de siglos.
Andrés Manuel López Obrador plantea al Tren Maya como una oportunidad de resarcir injusticias históricas con los estados sureños de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Y remarcó: "será recordado como el resurgimiento del sureste, que vuelva a florecer esta región tan rica, tan bella, tan full de cultura".
Más allá de los impactos directos por la construcción del tren turístico, éste pretende ser un "detonador" para el surgimiento de nuevas zonas económicas especiales, polos de desarrollo urbano y redes logísticas.
Estas inversiones privadas y públicas derivadas del Tren Maya, según el gobierno, “quedarán para siempre como parte de la nueva historia del sureste mexicano”.
El ferrocarril maya tiene el potencial de quedar inscrito dentro de los hitos de infraestructura que han impulsado la integración territorial y desarrollo económico de México, al igual que el aconteció históricamente con redes como el Ferrocarril del Istmo o el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico.
“Como todas las grandes obras a lo largo de la historia, habrá quienes se opongan al Tren Maya”, reconoció el presidente López Obrador.
No obstante, expresó su confianza en que “cuando se termine, los mismos adversarios van a tener que reconocer que se hizo bien”.
Y vaticinó: “Esta obra va a ser algo importante en la historia del desarrollo de México”. El tiempo dirá si efectivamente el Tren Maya pasa a integrar el relato de las grandes obras nacionales que han impulsado la connectividad, el turismo y la reactivación económica del país.